En los crudos años de la posguerra rural en Cataluña, Andreu, un niño que pertenece al bando de los perdedores, encuentra un día en el bosque los cadáveres de un hombre y su hijo. Las autoridades quieren cargar el muerto a su padre, pero él, para ayudarle, intenta averiguar quien los mató. En ese recorrido, se produce en Andreu el despertar de una conciencia moral frente a un mundo de adultos alimentado por las mentiras.
"El poderío visual y la expresividad de Villaronga hacen creíble, desgarrada y lírica esa brutalidad ambiental (...) Es una película dura y compleja, realista y perturbadora. Deja poso." (Carlos Boyero: Diario El País)
"La primera escena (...) resulta sencillamente genial. Brutal. (...) Su poca habilidad de narrador resta eficacia e impacto a la indudable y turbia imaginación visual del cineasta. (Luis Martínez: Diario El Mundo)
"Villaronga se atreve con secuencias arriesgadas desde todos los puntos de vista (...) le impone un ritmo y un tono absolutamente clásico y a la vez moderno (...) Puntuación: **** (sobre 5)" (Nuria Vidal: Fotogramas)
"El poderío visual y la expresividad de Villaronga hacen creíble, desgarrada y lírica esa brutalidad ambiental (...) Es una película dura y compleja, realista y perturbadora. Deja poso." (Carlos Boyero: Diario El País)
"La primera escena (...) resulta sencillamente genial. Brutal. (...) Su poca habilidad de narrador resta eficacia e impacto a la indudable y turbia imaginación visual del cineasta. (Luis Martínez: Diario El Mundo)
"Villaronga se atreve con secuencias arriesgadas desde todos los puntos de vista (...) le impone un ritmo y un tono absolutamente clásico y a la vez moderno (...) Puntuación: **** (sobre 5)" (Nuria Vidal: Fotogramas)
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