En la cuenca del Duero, la sierra de Atapuerca (a 15 km de la ciudad de Burgos) contiene un conjunto de cuarenta cuevas. Su exploración y posterior excavación comenzaron en el año 1976. Dos de estas destacan por los importantes hallazgos que albergan, la Cueva Mayor, en donde se encuentra la famosa Sima de los Huesos, y la Gran Dolina.
En la Sima de los Huesos se han recuperado más de 2500 huesos humanos, entre ellos dos cráneos completos de adultos y otro casi completo de un niño, que corresponden a un grupo de al menos treinta y tres individuos. Se les ha calificado como preneandertales, pues estos individuos presentan unos rasgos que los diferencian de los Homo erectus y otros que anticipan los de los neandertales.
Corresponderían al Pleistoceno medio, es decir, tendrían una antigüedad superior a 25000 años, constituyendo el conjunto de huesos humanos más completo hallado en todo el mundo con esta antigüedad.
Por su parte, la Gran Dolina ha aportado restos humanos de hace más de 780.000 años. Corresponderían al menos a seis individuos distintos, con una capacidad craneana de unos 1.000 cm3. Su aspecto es algo diferente al del Homo erectus habitual, pues presentan algunos rasgos más evolucionados, por ello sus descubridores les han dado el nombre de Homo antecessor para señalar que podrían ser los antecesores de los neandertales europeos. Incluso algunos investigadores van más allá y afirman que podrían pertenecer a la especie que daría lugar tanto a los neandertales como a los homo sapiens sapiens, es decir, la especie humana actual, por lo que serían el antecesor común de ambas especies.
Sea como fuere, este gran hallazgo, y ahí radica su importancia, demuestra la presencia humana en Europa occidental a finales del pleistoceno inferior, con restos bastante más antiguos que los encontrados en Alemania o Inglaterra, que tendrían medio millón de años de antigüedad.
En la Sima de los Huesos se han recuperado más de 2500 huesos humanos, entre ellos dos cráneos completos de adultos y otro casi completo de un niño, que corresponden a un grupo de al menos treinta y tres individuos. Se les ha calificado como preneandertales, pues estos individuos presentan unos rasgos que los diferencian de los Homo erectus y otros que anticipan los de los neandertales.
Corresponderían al Pleistoceno medio, es decir, tendrían una antigüedad superior a 25000 años, constituyendo el conjunto de huesos humanos más completo hallado en todo el mundo con esta antigüedad.
Por su parte, la Gran Dolina ha aportado restos humanos de hace más de 780.000 años. Corresponderían al menos a seis individuos distintos, con una capacidad craneana de unos 1.000 cm3. Su aspecto es algo diferente al del Homo erectus habitual, pues presentan algunos rasgos más evolucionados, por ello sus descubridores les han dado el nombre de Homo antecessor para señalar que podrían ser los antecesores de los neandertales europeos. Incluso algunos investigadores van más allá y afirman que podrían pertenecer a la especie que daría lugar tanto a los neandertales como a los homo sapiens sapiens, es decir, la especie humana actual, por lo que serían el antecesor común de ambas especies.
Sea como fuere, este gran hallazgo, y ahí radica su importancia, demuestra la presencia humana en Europa occidental a finales del pleistoceno inferior, con restos bastante más antiguos que los encontrados en Alemania o Inglaterra, que tendrían medio millón de años de antigüedad.
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