Llega a nuestras pantallas la película ganadora en el último festival de Cannes: “El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas”, del director tailandés Apichatpong Weerasethakul. De repente, el cine se exhibe como un ejercicio radical en el que, literalmente, se inventa una forma de comprender el mundo, cualquiera de ellos".
"No es cine, es un animal que sangra", según las palabras del crítico Luis Martínez, aunque no todos están de acuerdo con él, que ya se sabe que en nuestro país, la falta de criterio entre la crítica cinematográfica, como en cualquier otro campo, es una tónica general.
En cualquier caso, para Nando Salvá, de El Periódico, "se trata de una obra maestra (...) una película en la que sumergirse, una meditación de increíble ternura sobre nuestro lugar en este mundo, en el otro, y en las diversas áreas que hay en medio (...)".
En cualquier caso, para Nando Salvá, de El Periódico, "se trata de una obra maestra (...) una película en la que sumergirse, una meditación de increíble ternura sobre nuestro lugar en este mundo, en el otro, y en las diversas áreas que hay en medio (...)".
No hay comentarios:
Publicar un comentario