jueves, 10 de marzo de 2011

La Cosmogonía de Anaximandro de Mileto

El razonamiento lógico y el físico aparecen ya en el primer pensamiento cosmológico griego conocido, el de Anaximandro en el siglo VI a. C.
Su teoría sostenía que las estrellas constituían porciones de aire comprimido y que el Sol tenía la forma de una rueda de carro, veintiocho veces el tamaño de la Tierra. El borde de esta rueda solar contenía fuego, el que escapaba a través de un orificio. Cuando el orificio se obstruía, se producía un eclipse. La Luna era un círculo diecinueve veces el tamaño de la Tierra, y también tenía la forma de una rueda de carro. El universo de Anaximandro contenía una substancia infinita y eterna. Los planetas y los mundos se formaban al separarse de esta substancia; luego perecían y ésta los volvía a absorber. Nuestro propio mundo debe su origen a que un movimiento de remolino hizo que los materiales pesados se hundieran hacia el centro, formando el disco aplanado que es la Tierra, mientras que masas de fuego rodeadas de aire fueron lanzadas hacia el perímetro, dando vida así al Sol y las estrellas. A pesar de que mundos individuales iban y venían, el cosmos como un todo era eterno, sin comienzo ni fin. Era infinito en el tiempo. Era infinito en el espacio.

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