miércoles, 19 de mayo de 2010

William Basinski: "Vivian & Ondine" (2009)


Esta obra está concebida como una especie de anti-canción de cuna, dirigida al hijo del hermano menor de William Basinski, cuyos nueve meses de gestación se habían cumplido, pero seguía sin nacer. En sus 45 minutos de duración, esta pieza musical parece arrullarnos en un estado de felicidad uterina, a la vez que atrae al bebé al mundo.
Basinski descubrió el deliciosamente melancólico tema principal de la pieza en una caja en la que guardaba viejos bucles de cinta magnetofónica, al que añadió otros bucles de forma aleatoria y casi al límite de la percepción humana.
De esto modo, Basinski ha construido un trabajo magistral, que explora el punto donde lo espectral se encuentra con lo oceánico.

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