sábado, 12 de diciembre de 2009

Historia del Cine

PRIMERAS PELÍCULAS DE MÁS DE UNA TOMA
Los años finales del siglo diecinueve fueron la época del descubrimiento del cine y de su efecto embriagador para el público. Y aún quedaba un largo camino por delante, pues las posibilidades del cine eran inmensas y lo que hasta entonces se había podido realizar no era más que la punta del iceberg de lo que estaba por llegar. Por entonces, el cine no era más que un juego fascinante dirigido por personas emprendedoras y dispuestas a asumir el riesgo que suponía adentrarse en un mundo completamente nuevo, el de la expresión y la comunicación mediante una cámara cinematográfica.
En un primer momento, los realizadores de cine únicamente producían películas de una sola toma, en las que el tiempo de la acción filmada coincidía con el tiempo real. Aquello era suficiente para sorprender y maravillar a los espectadores.
Y de pronto, fueron introducidos los cortes fílmicos. Lo que aparece en la pantalla de repente desaparece y es sustituido por algo diferente. El francés Georges Melies descubrió este efecto mágico del cine y en el año 1898 las películas de más de una toma comenzaron a aparecer. Ése fue el principio de la edición de las películas cinematográficas, el montaje. Aunque aún no se dominaba a la perfección la gramática del montaje, es decir, costó un tiempo dominar lo que podía ser combinado sin desentonar demasiado, dando sentido a la transición entre una toma y otra. De este modo, se buscaba sobre todo provocar la perplejidad del espectador, como si fuera un truco de magia, más que buscar una narración continua que tuviera pleno sentido entre una escena y otra. Tendría que surgir otra figura del cine con el cambio de siglo como fue Edwin S. Porter, para desarrollar todas estas posibilidades del montaje para crear películas con una acción continua y una narración coherente, aunque todavía bastante primitivas e ingenuas.

LA PLATAFORMA RODANTE
En Inglaterra, en el año 1899, Robert William Paul construyó la que se convertiría en una de las herramientas más atractivas y amadas por los cineastas, la plataforma rodante. Ésta era una plataforma con ruedas, sobre la que se montaba la cámara, de modo que se pudiera mover suavemente.
En 1913, se rodó en Italia la película “Cabiria”, dirigida por Giovanni Pastrone, utilizando movimientos de cámara sobre plataforma tan elegantes y numerosos que rápidamente se acuñó el término “movimientos de Cabiria” para referirse a películas similares que se hicieron posteriormente en Estados Unidos. El legendario director norteamericano David Wark Griffith los mejoró en una de las películas más complejas de la época del cine mudo, “Intolerancia”.
En 1924, el gran director alemán Friedrich Wilhelm Murnau utilizaría la plataforma rodante para representar el vuelo del sonido desde una trompeta al oído. Más tarde, ya en la era del cine sonoro, directores como Max Ophuls, Stanley Donen, Orson Welles, Alfred Hitchcock o Kenji Mizoguchi, entre muchos otros, utilizarían también la plataforma rodante para expresar sus historias y sus ideas políticas, espirituales y filosóficas. Todos ellos crearon lo que los historiadores del cine llamarían un acercamiento barroco al rodaje de las tomas cinematográficas: algo elaborado y completo en sí mismo.

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